¡Hola! ¿Crees que tu gato se siente un poco raro? Descubrirlo es parte del problema: los gatos no pueden decirnos qué está mal con palabras, pero sí nos lo demuestran con su cuerpo y comportamiento.
Primero: Identifica las señales de que tu gato está triste
Los gatos tienen formas sutiles (y no tan sutiles) de hacerte saber que están estresados, tristes o molestos. Presta atención a estas:
Orejas apuntando hacia atrás: Si sus orejas están planas o hacia atrás, probablemente estén molestos, asustados o se sientan amenazados.
Cola levantada: ¿Una cola que se sacude o golpea con fuerza contra el suelo? Eso es irritación, no juego; no los confundas.
Pelaje erizado: El pelaje erizado (especialmente en la espalda) puede indicar que están emocionados, asustados o realmente molestos.
Movimientos/sonidos de advertencia: ¿Gruñidos, siseos o manotazos? Esa es su clara señal de "atrás"; escúchala.
Se esconde más: Si se esconde debajo de las camas o en los armarios mucho más de lo habitual, algo le molesta.
Cambios de apetito: Un gato presionado puede comer mucho menos... o en ocasiones incluso más de lo normal.
Cambios en el aseo: ¿Se salta su autolimpieza habitual? ¿O se lame una zona tan cerca que se le cae mucho el pelo? Eso es una señal de alerta de tristeza.
Pérdida de interés: ¿Ya no juega con sus juguetes favoritos? ¿Duerme todo el día y no le importa mucho? Puede que se sienta deprimido.
Entonces: Cómo ayudar a tu gato a sentirse mejor
Una vez que notes estas señales, esto es lo que puedes hacer para calmarlo y que se sienta seguro:
Dale espacio. Si tu gato parece molesto, simplemente déjalo tranquilo. Forzar los abrazos o mostrar interés solo empeorará las cosas. Deja que se calmen en un lugar tranquilo que les guste.
Háblales suavemente. Una vez que parezcan un poco más tranquilos, háblales en voz baja y suave. No entienden las palabras, pero sí captan ese tono amable y tranquilizador.
Ofréceles su golosina favorita. ¡La comida es una excelente forma de tranquilizarlos! Una cucharada de su comida enlatada favorita o un snack especial puede cambiarles el humor rápidamente.
Prueba con hierba gatera. A la mayoría de los gatos les encanta; es una forma fácil de distraerlos y ayudarlos a relajarse.
Acarícialos (solo si te dejan). Si parecen dispuestos, acarícialos suavemente debajo de la barbilla o detrás de las orejas; esos suelen ser sus lugares favoritos. Pero observa su reacción: si se retuercen o se apartan, deja de hacerlo.
Mantén una rutina. ¡Los gatos odian las sorpresas! Intenta alimentarlos, jugar con ellos e incluso limpiar su arenero a la misma hora todos los días; la previsibilidad los hace sentir seguros.
Dales un espacio seguro. Coloca una cama cómoda, una percha alta (¡a los gatos les encanta estar arriba!) o incluso un contenedor de cartón donde puedan esconderse y sentirse seguros.
Juega con ellos. Dedica de 10 a 15 minutos al día a juguetes interactivos (como una varita de plumas o un puntero láser). Esto los mantiene ocupados, felices y menos aburridos.
Un recordatorio rápido
Cada gato es diferente: lo que funciona para uno puede no funcionar para otro. Ten paciencia y presta atención a cómo reacciona tu gato. El objetivo es simple: ayudarlos a sentirse seguros y tranquilos de nuevo.
¿Y si su decepción dura más de unos días o estás realmente preocupado? Llama a tu veterinario. A veces, parecer "desorientado" es señal de que no se sienten bien; ¡mejor revisa!
Espero que esto les ayude a ti y a tu amigo peludo. 😊
